viernes, 28 de agosto de 2015

Venezuela llora.

Soy las lagrimas al caer. Ya no puedo limpiar tanta sangre. Mis gabanes se asustan por los fogonazos, mis grandes helechos huyen de aquella agua compuesta por lagrimas. Me duele al escuchar los disparos por las mañanas. Los amaneceres en trujillo ya no son lo mismo. Mis piedras pintadas, mis castillos y picos, se están comenzando a olvidar por los problemas que no puedo solucionar. Ellos aún no han aprendido que son parte de la naturaleza, no sus dueños. Mis bucares pierden su color, se secan por el dolor que recibo. La cacería acaba con mis osos, debo ser su refugio, no su campo de tiro. La pólvora de los que dicen protegerlos comienza a causarle ardor a mis ojos. Hieren a mi isla de las perlas, le roban su libertad con vuestra indiferencia. Me torturan con sus taladros, me ensordecen y apuñalan por un poco de carburante; los amo pero ¿Por que me hacen esto?. Mis tierras se desangran, mi fauna tolera su comportamiento, pero no por mucho; por ello sus calles sufren. Estoy cansada de llorar por mis hijos. 







1 comentario:

  1. Creo que este es lo que más me ha gustado de lo que me has mostrado que has escrito. Deberías publicarlo en Facebook también

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