martes, 28 de febrero de 2017

La calma.


Es ella, de nuevo aquí
la palpo, le recorro la cara hasta reconocerle 
y es por su arrogancia por la cual puedo diferenciarla 
poseedora de toda llave y espita 
la escucho tocar...sin motivo alguno 

Recorría por toda habitación 
una angustia, ya acostumbrada y bautizada 
por nuestros gritos 

Fieles a la memoria del silencio 
donde el miedo teme 
por un poco de vida...tonta y confundida 
porque es la medicina el cáncer que nos mata  

y es aquel ser que no comprendía
y que ahora llegó a comprender 
que la desesperación es la sensación de calma al morir.