viernes, 28 de agosto de 2015

Venezuela llora.

Soy las lagrimas al caer. Ya no puedo limpiar tanta sangre. Mis gabanes se asustan por los fogonazos, mis grandes helechos huyen de aquella agua compuesta por lagrimas. Me duele al escuchar los disparos por las mañanas. Los amaneceres en trujillo ya no son lo mismo. Mis piedras pintadas, mis castillos y picos, se están comenzando a olvidar por los problemas que no puedo solucionar. Ellos aún no han aprendido que son parte de la naturaleza, no sus dueños. Mis bucares pierden su color, se secan por el dolor que recibo. La cacería acaba con mis osos, debo ser su refugio, no su campo de tiro. La pólvora de los que dicen protegerlos comienza a causarle ardor a mis ojos. Hieren a mi isla de las perlas, le roban su libertad con vuestra indiferencia. Me torturan con sus taladros, me ensordecen y apuñalan por un poco de carburante; los amo pero ¿Por que me hacen esto?. Mis tierras se desangran, mi fauna tolera su comportamiento, pero no por mucho; por ello sus calles sufren. Estoy cansada de llorar por mis hijos. 







domingo, 23 de agosto de 2015

En un mundo mas humano

Me siento atrapado
en este mundo dominado por monos cegados por el dinero y el sexo
controlado por leyes monótonas y aburridas
apoyan la igualdad pero no la creatividad
haciendo creer que todos somos grises
cuando yo mismo he visto a través de mis ojos miles de colores infelices 

Quiero vivir en un mundo de verdad
donde la naturaleza pueda actuar con naturalidad 
donde las armas se conviertan en emociones
y el dinero en creyones
para empezar a dibujar
un planeta que sea humano de verdad

Es difícil coexistir con supuestos seres humanos
que creen que por matar animales
son mas sabios
pero están totalmente equivocados,
las leyes naturales no perdonan a ningún hombre, así sea rico o pobre


viernes, 21 de agosto de 2015

Dulce hogar.

Mi casa, alejada de cualquier mapa, separada de la realidad. Mi casa tiene goteras, incontables, las cuales filtran fantasías ludicas e ideas inimaginables sin ningún control, sin ningún regulador de lo que es real y lo que no (a este punto ya está comenzado a hacerme daño). Mi casa tiene muchas habitaciones, unas grandes, otras pequeñas, algunas manchadas con malas experiencias y trastornos, un cuarto lleno de sangre y varios bajo llave, aquéllas puertas son negras, con el pasar de los días intento olvidar lo que tienen adentro. Tengo ventanas, por supuesto, 2, más que suficiente para mi; mis portillos son mi único portal al exterior; aunque haya roto mis ventanas la brisa no quiere entrar a mi casa, no puedo oler la tierra humeda ni sentir el vibrante placer de mojarse debajo de la lluvia. ¿Soy el único con sus ventanas rotas?. Mis ojos y mis manos ya se sienten fatigados por las goteras. Maldito el día en el cual me prometí que solo escribiría con el corazón Afuera (mi voz interna no quiere callar). Mi casa tiene una puerta grande, a veces pequeña, y en otras ocasiones ni tiene; por ella salen grandes incógnitas resuelta, por ella también entra fuego, casi siempre llego a tiempo para sofocarlo, pocas veces ha quemado demasiado. Mi casa no tiene tonalidad ni tamaño, tampoco está aquí ni allá, no trates de buscarla, porque no la encontrarás. Aún anhelo el día en el que pueda quebrar estos grilletes para así poder salir de mi casa.