sábado, 23 de mayo de 2015

A los ojos del sol.

Escribo esto debajo de la luna, al caer la noche oscura. Condené mi alma al dolor eterno cuando decidí escribir siempre con el corazón. Hay verdades a medias en mi memoria, hay recuerdos que simplemente no quiero recordar. Tengo el corazón roto, y a su vez, dormido. Esperando inconscientemente a que alguien me haga recordar lo vivido, sabiendo que todo lo que termina, termina mal. Mi cordura se ve afectada por la luna y sus estrellas. Las nubes son las olas de este universo inverso, donde ya todo está mal. Tenia tiempo que no escribía algo como esto, verdades absolutas, descritas a través de los ojos de una mente llena de trastornos. Tengo algo de miedo de ir a un psicólogo y que me diga que tengo razón en todo. Convertí a este cuaderno en una carretera, la cual alberga, miles de historias inconclusas en el tiempo, y cientos de cigarrillos sin terminar. Ya son cientos de paginas llenas de ideas tontas, ganas de morir, y uno que otro amor corto pero intenso. Quiero dejar en claro que el tiempo es relativo solo cuando queremos que lo sea, y el poste del cual recibo luz para escribir esto, está empezando a quemarse.

No puedo escribir sin la luna como compañía, después de todo, ella fue la que me metió en esto. No he podido parar desde entonces.