martes, 17 de febrero de 2015

Recuerda su olvido.

Olvídala.

Olvida su mente. Olvida sus manos. Olvida su marca de cigarrillos preferida. Olvida su voz, ojos y cadera. Olvida esa manera única de llamar tu atención a través de simples miradas. Olvida el verde de sus ojos. Olvida el quebrar de su alma al abrazarla. Olvida su boca, sonrisa y zapatos favoritos. Olvida la manera en que agarraba tu mano y la besaba. Olvida las caricias en el cine, los besos entre salas, y la idea de entrar sin pagar. Olvida sus gustos musicales, aunque simples y básicos, hicieron que te aprendieras de memoria su canción preferida. Olvida sus palabras, promesas cumplidas, promesas rotas, y lagrimas. Olvida su forma de comer como si fuera una niña de 7 años, aunque sabias que eso hacia que te gustara más, pero no podías dejar que ella lo supiera. Olvida el placer que le diste, y el que ella te dio a ti. Olvida sus orgasmos, tu cuerpo sobre el de ella, y la mirada a los ojos. Olvida esos abrazos que tanto necesitabas, hasta sentir su alma muy cerca de la tuya. Olvida su cabello castaño que tanto te encanta. Y sobre todo, olvida su amor, tan transparente como mi alma, y tan sincero como sus ojos.

Olvídala, pero no para siempre.




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