I
El aroma a concreto
tiñe nuestra ruina
que nos aproxima
a ser un trozo ausente
de brío pesimista.
Dejamos de ser potables y perfectos
cuando lo abandonamos todo
por un poco de luz fría
Ahora míranos..
perdidos y desorientados
en el abrazo,
y en la humillación
de nuestra memoria.
Dejamos de ser ave
para ser restos en decadencia.
Dejamos de ser fuego
para convertirnos en niños huérfanos,
que nos aconsejan y susurran:
«La muerte duerme desnuda y frágil
frente a la inmortalidad
Y acaba por soñar
una vida vivida
ok mi favorito, me ha encantado.
ResponderEliminar:)
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